Se acerca el nano y muchos de vosotros no tendréis una trama, o una idea general. En estos tres últimos días hay que darse caña y escribir al vuelo, y tanto si no tienes una trama como si quieres hacerla al empezar el nano, tendrás que hacerlo rápido. Aunque ya haya pasado el nanowrimo (o no tengas ni idea de qué es eso), quizás necesites una idea, una historia que escribir, una trama.
¿Y si sólo necesitases diez, quince minutos para escribir una trama para tu novela?
Cómo escribir la trama de tu novela en 10 minutos
¿Y si además, esa trama estuviese dirigida por los personajes y la tensión siempre fuese in crescendo? (Nota: normalmente te interesa que la trama esté dirigida por los personajes y que la tensión vaya en aumento)
Aquí tengo la solución, la legendaria técnica que os sacará de más de un apuro. Os presento…
La técnica “No, y/Si, pero”
La técnica es muy sencilla. Solo requiere dos cosas: Un personaje y un objetivo para ese personaje. ¿Los tienes? En nuestro caso vamos a usar a una escritora de nano que quiere terminar su novela a tiempo. Vamos con la técnica.
Es una técnica extremadamente sencilla. Empezamos con nuestro personaje en un contexto conocido para él, un sitio seguro y tranquilo, su zona de confort. Describimos un poco esa situación inicial.
“La escritora está en su casa, tranquila y sin distracciones”.
Esto vale para poner al lector en situación y para establecer el personaje y el contexto. Al escribir, será el momento de familiarizar al lector con los personajes principales y el mundo.
Ahora tiene que empezar la historia propiamente dicha. Para ello, hay que hacerle al personaje una sencilla pregunta:
“¿Qué vas a hacer para conseguir tu objetivo?“
“La escritora está en su casa, tranquila y sin distracciones. Intenta abrir el archivo en el que tiene guardados los apuntes de la novela que va a empezar en un par de días”.
Una vez que nos responda, habrá que hacerle una segunda pregunta.
“¿Lo has conseguido?”
Solo puede haber dos respuestas a esta pregunta.
“No, y…”
No lo consigue, y la situación se agrava. Es obligatorio que la situación vaya a peor, porque si no, estamos quitando tensión. La escritora intenta abrir el archivo pero no se abre, y lo que es peor, ningún archivo de Scrivener se abre.
“El archivo no se abre. Intenta abrirlo a través de los últimos archivos utilizados en Scrivener, ¡pero Scrivener no se inicia!”

Ahora veamos la otra alternativa.
“Sí, pero…”
Sí lo va a conseguir, pero va a pasar algo que le separe de su objetivo final. Esto alivia un poco de tensión, pero creará nueva a su vez. El archivo se abre, pero lo que tiene escrito no le gusta.
“El archivo se abre, pero al releerlo se da cuenta de que todo lo que ha apuntado no le sirve. ¡Es horrible! Ahora tendrá que empezar de cero.”
Una vez que hayamos respondido a esta pregunta (y lo hayamos apuntado en la trama), nos falta un último paso.
“¿Y ahora qué?”
Esto incluye la reacción del personaje ante la adversidad (momento en el que desarrollamos al personaje viendo cómo se enfrenta a los reveses) y qué va a hacer para conseguir su objetivo (lo que nos muestra sus recursos, habilidades e ingenio, o falta de ellos). Tras ver cómo reacciona, es como si volviéramos a preguntarle “¿Qué vas a hacer para conseguir tu objetivo?“.
El truco está en seguir encadenando estas preguntas. Personaje hace algo > ¿funciona? > Sí, pero / No, y > reacción > personaje hace algo.
Repite hasta que te canses. Una vez quieras terminar la historia, solo tienes que intercambiar la palabra final de la respuesta.
¿Funciona? > Sí, y / No, pero > Fin
Vamos a ver cómo le va a nuestra escritora.
“La escritora está en su casa, tranquila y sin distracciones. Intenta abrir el archivo en el que tiene guardados los apuntes de la novela que va a empezar en un par de días. El archivo no se abre. Intenta abrirlo a través de los últimos archivos utilizados en Scrivener, ¡pero Scrivener no se inicia!
Pánico. Se le crispan los nudillos de una mano y se muerde las uñas vorazmente con la otra. ¿Y ahora qué? Intenta reiniciar el ordenador. Espera. Se inicia. Clica en Scrivener, rezando a su dios y señor Sanderson para que el archivo se abra.
El archivo se abre, pero al releerlo se da cuenta de que todo lo que ha apuntado no le sirve. ¡Es horrible! Ahora tendrá que empezar de cero. Cierra el archivo con furia y se echa las manos a la cabeza. ¿Qué puede hacer? El nano está a punto de empezar. Necesita una trama, ¡y rápido!”
¡Google! Seguro que a Google se le ocurre algo. Busca tramas. Encuentra un generador de tramas y lo prueba durante unos minutos, ¡pero las opciones son todas tan horribles! Ella quiere algo propio, solo necesita una herramienta, no un plano. Pero ya es tarde, no le queda mucho tiempo y tiene que irse a dormir temprano. ¡Una última búsqueda! Encontró un blog que no había visto nunca… ¿Sería su salvación?
<<¿Lecturonauta? ¿Cómo escribir una trama para tu novela en 10 minutos?>>
Sí. ¡Sí! Aquello era justo lo que necesitaba. Escribió. Si, pero; No, y. ¿Y ahora qué? Escribió rápido, con las ideas disparadas. Necesitaba un final. ¿La protagonista lo conseguirá o no? No podía decidir, pero necesitaba un final feliz. Tiró una moneda al aire.
Cruz. No, pero. La protagonista no lo conseguiría, pero su sacrificio será suficiente para que su compañera remate al monstruo.
Se crujió los nudillos y se tomó un colacao con una sonrisa de satisfacción. El nano llegaría en un par de días, y ella estaba preparada”.
Lo bueno de este método es que ni siquiera tienes por qué decidir tú si lo que hace el personaje funciona o no. Lo puedes echar a suertes si quieres. ¡Ni siquiera tienes por qué tomar decisiones! Solo tienes que rellenar los huecos, inventar los intentos de los personajes y lo que sucede tras ellos. Independientemente del resultado, tu historia tendrá buen ritmo y estará dirigida por los personajes.
En unos pocos minutos habrás terminado de escribir la trama de tu novela, y en un mes, ¡tendrás tu novela terminada!

Un par de tips sobre esta técnica
- Se puede usar con varios personajes, dándole tiempo a cada uno de probar sus cosas y de fracasar o acertar. Eso sí, la complejidad aumenta cuantos más personajes estén ahí probando sus cosas.
- Dale un par de momentos de respiro a tu lector, tras la resolución de los tres puntos principales de la historia. O sea, tras el planteamiento, nudo y desenlace. Para eso solo necesitas estirar un poco el “sí” o el “no”, y aguantar el “pero” y el “y” un par de páginas.
- Si quieres hacer una historia más buenrollera solo tienes que cambiar las respuestas como el final. Sí, y; y No, pero. Combina las cuatro palabras a tu manera para una experiencia más compleja y profesional (“Sí, pero X y Z”; o “No, pero Sí, y”).
- Lo ideal en las historias tradicionales es que tu personaje no acierte hasta el final, pero esto es más una tendencia que una guía.
- Mantén simple la historia. Recuerda que tienes 50.000 palabras si estás haciendo el nano (y que los libros largos se venden peor, si no lo haces).
Y ya está. ¡Feliz Nano, y escribid mucho! ¿Qué os ha parecido?
¡No os olvidéis de compartir para ayudar a todos los escritores y escritoras perdidos por el nano!
Excelente me encanta la técnica hasta se me antoja reestructurar mi trama
P. D
No podrías hacer algo para las fichas de personaje (aparte del truco de la moneda para elegir el sexo)
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Estoy totalmente en contra de las fichas de personaje, pero quizás haga algo que os pueda valer para creación de personajes y de paso explico por qué no me gustan y hasta creo que son perjudiciales. Gracias por leerme!
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Eso de que nos cuentes tus argumentos en contra de las fichas de personaje me interesa. Yo no me llevo demasiado bien con ellas, a pesar de ser una planificadora nata; objetivamente me parecen útiles, pero me da una pereza tremenda hacerlas.
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Pues ya está, tarde o temprano tendré que hacerlo.
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¿Qué me ha parecido?
Estupendo, como siempre. Para aplicar, pero, en mi caso, para otras cosas.
Con el nano no me atrevo. Quizá otro año, para una colección o algo así.
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Como ya has visto, es muy bueno para relatos. Espero que te sirva!
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Esto me hizo recordar que hace poco estuve mirando los generadores de tramas para ver si salía alguna idea interesante y desistí con «chica amante de los juegos, un vampiro invisible del que se enamora la salvará». Al menos me reí un rato.
Creo que como método para crear un boceto está muy bien, luego se puede ir enredando la trama y dándole forma. O para historias más cortas y simples. O para salir del paso si no sabes qué escribir en el nano, sí.
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