
La escritura se puede ver desde dos perspectivas muy diferentes, perspectivas que se combinan en la creación literaria. El lado en el que nos situemos hace que nuestras historias se muestren de forma muy diferente. Hay lectores que buscan historias que se sitúen específicamente en uno y otro lado, y hasta cierto punto, las cosas que funcionan en uno se ven mal en el otro.
¿Cuáles son estos dos bandos, os preguntáis?
Nah, ya lo sabéis. Está en el título. Sé que no sois tontos. Ahora, ¿Cuáles son las cualidades de la escritura orgánica y la escritura funcional?
En primer lugar, aunque lo esté llamando “escritura”, no tiene por qué tener nada que ver con el acto de escribir. La separación orgánico/funcional es algo presente en muchos ámbitos de nuestra vida.
Aquí tenemos un ejemplo. El mando de la izquierda es funcional, mientras que el de la derecha es orgánico. El funcional es más barato y funciona perfectamente, pero el orgánico es mucho más cómodo y manejable. Ambos valen para lo mismo, pero no son iguales.
Esa es la razón por la que voy a poner un par de ejemplos de anime, que ilustran perfectamente cómo aplicar estas dos filosofías a la hora de contar historias (y tienen el extra de ser animes cortos, que podéis ver en unas 4-5 horas). Además, que yo no dejo pasar un buen momento para recomendar un anime.
En segundo lugar, es muy difícil ser totalmente funcional y totalmente orgánico. Las novelas suelen estar en algún punto de la línea que hay entre ellas, lo importante es hacia qué lado en concreto está basculando.
Y ahora, ¿qué y cómo son la escritura orgánica y la funcional?
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