Las armas arrojadizas son armas pequeñas que se pueden tirar en cualquier momento necesario. Pero por mucho que sean arrojadizas, siguen siendo parte de las armas del escritor.
El Gilligan Cut es un recurso humorístico que se suele utilizar el formato cinematográfico, pero que también tiene su uso en historias escritas. En su origen y uso más extendido, el Gilligan cut consiste en un personaje diciendo que no hará tal cosa por nada del mundo, e inmediatamente después se corta la escena y salta al momento en que hace precisamente eso. Pero para qué contarlo cuando puedo mostrarlo de forma gráfica:
Es que es tan claro que le sobran los bocadillos.
Hay más usos, pero la esencia de este recurso es la contraposición de dos situaciones opuestas, con fines humorísticos. Un ejemplo que podemos leer en Las mentiras de Locke Lamora (Libro que analicé en este post) nos muestra al mentor de Locke diciéndole que los Bondsmage (no tengo ni idea de cómo habrán traducido eso al español) son tan poderosos que uno debe tratarlos con todo el respeto del mundo. Inmediatamente después, tenemos a Locke, muchos años después, en su primer encuentro con un Bondsmage, y lo primero que podemos leer es “Bonito pájaro, gilipollas”.
Pues hale, espero que pilles este cuchillo al vuelo y aprendas a usarlo. Como todos los recursos humorísticos, no abuses demasiado, en la variedad está la gracia. Si te has quedado con ganas de armarte hasta los dientes, no dudes en pillar el resto de armas del escritor.
¡Espero que te haya gustado! Ya te iré soltando más armas arrojadizas cuando menos te lo esperes…
lecturonauta.wordpress.com 
Una respuesta a “Las armas arrojadizas del escritor: El Gilligan Cut”